martes, 19 de octubre de 2021

¿POR QUÉ LA GENTE NIEGA LA CIENCIA? RESPUESTA A PIJAMASURF

Todos sabemos que la humanidad especialmente la civilización occidental tuvo una o varias épocas dónde el conocimiento se vio truncado bajo el excesivo poder del absolutismo (Monarquía, iglesia, dictadura etc.) y su coercitiva manera de imponer mandatos y dogmas, esto formó parte del oscurantismo en el que se sumió la humanidad antes del renacimiento y posteriormente la ilustración en un periodo de estancamiento científico, filosófico y artístico.

 


Entonces tenemos a una civilización ansiosa de estudiar y realizar descubrimientos, tenemos científicos nacientes que se dedican a crear modelos teóricos para explicar el funcionamiento del universo y todos sabemos a qué nos ha llevado este ímpetu, este espíritu que impulsa al ser humano a descubrir cosas, a tomar control de la naturaleza y valerse de ella a través del conocimiento, nos ha llevado a mejorar nuestras vidas y prolongarlas,  a mantenernos más seguros, nos ha abierto las posibilidades de universos infinitos, nos han facilitado la vida en muchos aspectos, de eso no hay duda.

 

Volviendo al oscurantismo, más específicamente al de la edad media, tenemos por un lado un ente oficial, todo poderoso, capaz de controlar reinos, ejércitos, a poblaciones enteras, un ente oficial al que muchos temían y otros tantos no estaban de acuerdo con sus políticas, sus dogmas,  esencialmente porque se encontraban bajo su poder, porque no se podía creer o afirmar en nada que se saliera de sus lineamientos, así perecieron muchos, especialmente científicos y pensadores a manos de personas que lo controlaban todo, dicho ente fue la iglesia católica, omnipotente, omnisciente, fundaron universidades y colegios, también hospitales donde se aplicaba la ciencia, donde había conocimiento, pero cualquier cosa que se saliera de su dogma, cualquier concepto, cualquier idea que desafiara sus creencias simplemente se condenaba.

Así iba la iglesia anunciando que la ciencia era una “extensión de la teología”, era la ciencia oficial de la época y el oscurantismo truncó muchas ideas, avances y conocimientos, pero al mismo tiempo se valía de ellos y los estudiaba, lo permitían en cierto grado, no obstante, bajo el miedo, la coerción y la amenaza. Hoy en día no distamos en parecernos a aquella época donde la civilización dio a luz a sus más grandes luminarias, pero en muchos aspectos las cosas siguen iguales, ya no es la iglesia o el monarca, es un circulo de académicos, un comité médico, las agencias estatales, las universidades, muchos de estas instituciones son financiadas por el sector privado, las ONG, los gobiernos, son círculos de poder e influencia, sus intenciones muchas veces terminan por convertirse en algo hermético, pasivo, a veces impenetrable y al igual que en aquella época oscura, cualquier cosa que contradiga sus estudios, cualquier cosa que se oponga a sus postulados, (sus directrices más específicamente) es condenada, afortunadamente no a la muerte como sucedió con Vanini o Servet, pero si al ostracismo, la censura, la ridiculización.

Nadie niega la ciencia, desconfiar de ciertos modelos no es negar la ciencia, solo dos tipos de personas podrían negar la ciencia: los religiosos extremistas o los aborígenes que la desconocen (La ciencia de occidente), pero aun así estos últimos podrían fácilmente llegar a comprenderla, niegan la ciencia por cultura no por ignorancia, los fanáticos la niegan por temor, nadie en nuestra civilización ha de negar la ciencia, ese negacionismo solo existe en las mentes cientificistas que indudablemente buscan ligar su pretencioso calificativo al “negacionismo del holocausto”, es decir, quieren rebajar a las personas que según ellos “desconfían de la ciencia” a la categoría de “defensores de la barbarie”.

Nadie niega la ciencia cuando nosotros mismos somos ciencia, cuando indagamos, cuando estudiamos, cuando hacemos nuestro juicio, pensamos, controvertimos, cuestionamos, buscamos pruebas, lo dije una y otra vez, objetar no es negar, tenemos todo el derecho a la duda, a desconfiar y tal vez resulta que en el camino nos extraviamos por personas que quieren manipular con mentiras, con lo que llamamos pseudo-ciencia, no es nuestra culpa, necesitamos volver a confiar en la ciencia y para eso debemos confiar en los científicos, y para confiar en los científicos tenemos que tener pruebas fácticas de que no están hablando u obrando bajo ningún interés personal, político o comercial, la ciencia debe servir al interés general de todo ser humano, a la construcción de su conocimiento y no a los deseos de uno solo o de un grupo.

Hoy en día para los cientificistas hay tres clases de herejes como lo fue en la antigüedad con la santa inquisición, en aquella época eran ateos, brujas y adoradores del diablo, hoy son: negacionistas, antivacunas y terraplanistas (¿Y dónde quedan los teístas?) parece que muchos divulgadores científicos e incluso algunos científicos han logrado demostrar la inexistencia de un dios supremo, pero eso no ha acabado con la fe de los creyentes ni ha tumbado a las iglesias, aún no llego a conocer al primer teísta que haya sido censurado en la era moderna por asegurarle a la gente que el hombre fue creado de una costilla, pero si al parecer han logrado refutar todas la demostraciones (independiente que sean o no erróneas) de la teoría de la Tierra plana, los terraplanistas especialmente fueron condenados al más severo ostracismo, hasta los llegaron a prohibir y darles de baja a sus blogs. Los antivacunas también, especialmente en el pico más alto de la actual crisis sanitaria, han sido objeto de censura e incluso persecución. Los negacionistas que se supone somos aquellos que “negamos la CIENCIA” no representamos una amenaza mayor porque precisamente se nos muestra como “Opositores a la ciencia” es decir como “negadores de la verdad”, pero esto es porque mucha gente no comprende que lo que la gran mayoría de nosotros negamos no es la ciencia sino las imposiciones de “los círculos académicos y no académicos" los mismos que se benefician de ella, que la manipulan con tal de llegar a un fin singular. Estos son los nuevos herejes a los que los cientificistas tratan con burla y desprecio, afirman que es sumamente dañino que las llamadas “teorías de la conspiración” lleguen a la mente de las personas, y mi pregunta es ¿Por qué? ¿Por qué es dañino tener una visión alternativa de las cosas? ¿por qué es dañino el “no creer” en todo lo que dicen los científicos o las agencias? (Esto último debieron preguntárselo a la doctora Frances Kelsey o al médico Ignaz Semmelweis o a los científicos que estudiaron la toxicidad del plomo) ¿Por qué es perjudicial pensar que detrás de un estudio, un descubrimiento etc. no puede haber un cierto grado de manipulación? ¿Acaso un interés consensado en obtener algún lucro u otro beneficio, valiéndose de la ciencia no puede ser determinado como una conspiración?

Pienso que lo que deben hacer científicos, filósofos, divulgadores etc. no es corroborar estudios sino fomentar la duda y el pensamiento crítico incluso si se tratase de la ciencia oficial, porque casos se han visto de artículos científicos fraudulentos, modelos erróneos, la menor duda que pueda generarnos la ciencia es beneficiosa, en lo único en lo que concuerdo con estas personas es que no debemos arrojarnos al fanatismo de una creencia sostenida por datos erróneos como lo sería el terraplanismo, pero no estoy de acuerdo en que se deba erradicar como si se tratara de una mala yerba, se ha comprobado que las teorías de conspiración han existidos desde la antigua Grecia y como tal resulta ser una constante humana que no hay que despreciar, sino fortalecer y corregirse en el mejor sentido, pero solo lo lograremos si nos demuestran que la ética y lo valores morales humanos están por encima del conocimiento mismo.

Digan ustedes, parecen más preocupados porque no se difundan “teorías de conspiración” que por dar educación y capacitación a las personas, (esta última entendida como la preparación de la gente para ejercer un trabajo o realizar algún tipo de invención o innovación), la ciencia a partir de hoy debe ayudarnos, no a reunir y llenarnos de información como suelen hacer algunos divulgadores sino a hacer parte del conocimiento, sin importar las objeciones que también son valiosas, que se ven constantemente dentro del ámbito académico y científico, convertir a la ciencia en religión no es el camino, hacer de la ciencia una herramienta para ayudar al hombre en sus problemas es siempre la mejor elección.

lunes, 18 de octubre de 2021

HAY QUE PROFUNDIZAR EN EL FOSO QUE SE HA CONVERTIDO LA POLÍTICA

 



"La política debe ser rescatada o más bien debemos ser rescatados de la política porque se está convirtiendo en un foso, en un oscuro abismo que tiende a sepultar todos los ideales de una sociedad justa y libre, de una nación que sirva al ser humano y no a los intereses de unos pocos”

En bases de la república se está cavando un agujero casi abismal, cual si se tratara un socavón amenazando de gran manera a los cimientos de la democracia que se han ido debilitando con el paso de los años y como tal, esta gran casa que llamamos ESTADO, el hogar de todos nosotros.

La política está destinada a sentar las bases de una nación sólida y próspera, pero esta, en vez de fortalecer el terreno lo está destrozando, para eso debemos profundizar en el socavón, mirar dentro de su silencio abismal, encender la antorcha en su oscuridad y descender, es nocivo colocar peldaños sin estudiar antes la estructura del suelo y eso es lo que actualmente sucede en la política, desconocemos como funciona, para quiénes funciona exactamente y es ahí donde encontramos la luz al final del túnel.


La política actualmente funciona como un caballo de Troya, donde se esconden intereses económicos esencialmente, pero también intereses políticos orientados a cambiar las reglas del juego (la legislación), ambos se sostienen el uno al otro. Por un lado, tenemos el negocio de la CONTRATACION ESTATAL, donde están en  juego  las grandes obras de infraestructura, explotación y del sector terciario, en los cuáles, el caballo de Troya, (Representantes y funcionarios públicos) se encargan de llevar al “corazón del estado” esos intereses, al final quienes terminan siendo favorecidos son los contratistas, los mega empresarios que se quedan con la mayor tajada del pastel y en muchas ocasiones, estos obran de manera irresponsable e impune, ayudados por cualquier decreto (O por uno de sus caballos) para lograr sacar el mayor provecho posible.


En el otro lado juegan los intereses políticos en donde funge un papel esencial la rama legislativa, encaminada a crear “nortes legales” para favorecer a los poseedores de esos intereses, bien sea para ganar algún tipo de concesión, obtener un salvamento financiero, anular un proceso, rebajar penas etc. y por supuesto, cómo no, dentro de estos intereses se cuentan también aquellos que pretenden aumentar las prebendas de los funcionarios, extender su regencia y coadyuvar al nepotismo.

Es así como funciona la política, como el caballo de Troya de los grandes conglomerados económicos y políticos, esto como diría el Dr. Martin Luther King es “El socialismo para los ricos”, el caballo de Troya, un estado al servicio de los grandes empresarios, que a diario obtienen los contratos más rentables, las ayudas más generosas, las leyes casi siempre a su favor y todo un ejército y policía dispuesto a defender sus intereses bajo la consigna de la “defensa de la propiedad privada”, "socialismo para los ricos" porque en contraste al “áspero capitalismo de libre empresa para los pobres”, ningún pobre será ayudado por el estado para sacar a flote, sea este un emprendimiento o simplemente su proyecto de vida, la política para el pobre no es una herramienta como lo es para el rico, sino un hueco, un abismo del que cada vez más le resulta difícil salir, en este foso lo han confinado, y dentro arrojan los sobrantes del ASISTENCIALISMO, el mismo que es manejado por contratistas y funcionarios, (Muchas veces corruptos) de "bajo nivel", el asistencialismo que tanto en la ejecución administrativa como a nivel de entidad, queda en manos de personas ineptas e inescrupulosas para corromper y mostrarle al pobre ciudadano agazapado en las sombras de la mazmorra (El socavón político), que el asistencialismo social es lo peor y que el estado no funciona sin privatizarse.

Mientras tanto, en el juego del mercado, el “áspero capitalismo” estatal desangra con impuestos al micro empresario, niega la ayuda al emprendedor de a pie, y con leyes deliberadas asfixia a los capitales emergentes, en lo que llamamos “cartelización”, término que al parecer nació de los poderosos carteles de droga que existen desde el siglo pasado.

Es así como para los grandes empresarios, que se concentran en ciertas familias de poder y funcionarios afines a ellos, la política es un gran caballo resplandeciendo en el horizonte como una ofrenda divina, que otorgan a las personas incautas creyentes de que el sistema debe seguir igual y que no puede marchar mejor, un pseudo-estado que está por encima de todo como el bien común del que  dista ser em realidad. Para el ciudadano promedio, para el más pobre, la política no es más que un abismo, incomprensible, tenebroso, el cual está destrozando los cimientos de la llamada “democracia”, las redes sociales se han convertido en un fenómeno político donde se tapiza el terreno, donde se cubre el socavón, muchos solo quieren permanecer arriba de él pero tienen miedo de ir al fondo con la antorcha, quieren que las cosas sigan iguales, o por lo menos que luzcan distinto (que no es más que el juego del gatopardismo), desde luego los más ávidos saben que el foso se debe ir cavando, les conviene mantener el gran vacío institucional y jurídico de esta "necropolítica", tienen los mismo intereses que los demás, solo quieren hacer parte del juego, la lección de todo esto y lo más importante es no caer, lo indispensable es levantarse y salir de allí, con rellenarlo nada se logra, hay que reparar el terreno, hay que transformarlo usando nuevas herramientas.

 Resulta difícil mirar dentro del foso en el que se ha convertido la política hoy en día, porque lo malo permanece allí en silencio, y cuando descubrimos su realidad es difícil sacarla a la luz, haciendo una alegoría a Nietzsche, nos resulta imposible no ver hacia el abismo sin que este vea hacia nosotros, (y esto con el advenimiento de una nueva era de control tecnológico podría empeorar), el estado se ha convertido en un monstruo que va creciendo, nosotros frente a lo desconocido y abrumador terminamos formando parte de esa sombra, estamos dentro del foso tal como persistimos en el sistema y entre más permitamos que caben en él terminará por convertirse en nuestra tumba.

 

 

 

viernes, 23 de abril de 2021

LA SOCIEDAD DEL RUIDO

 Inspirado en “La sociedad de la Transparencia” de Byung Chul-Han

Una sociedad que no quiere escuchar, que bajo el desdén y la vanidad solo quiere oírse a sí misma acallando las voces e imponiendo la suya sobre las demás, solo puede pertenecer a la sociedad del ruido.

En un lugar donde cada vez es más difícil hallar el silencio, encontrar ese espacio donde todo puede acallarse en la quietud, como en un estanque cuyas aguas reposan inermes para poder ver a través de su infinita claridad, es una sociedad de la cual el ruido se ha apoderado.

Una vez un hombre registró con micrófono el sonido de un bosque en su ciudad hace unas décadas, recientemente, volvió al mismo lugar e hizo un nuevo registro y cuando lo escuchó notó que el canto de las aves, el susurro de los arboles mecidos por el manso viento, y el chapotear de los gansos en el agua, todo ese dialogo rebosante de vitalidad se había ahogado por la multitud de vehículos que por los alrededores del bosque hacían rugir sus motores con malacostumbrada furia.

Así sucumbe nuestra sociedad ante el ineluctable avance del porvenir a menudo llamado progreso. “El hombre razonable se adapta al mundo; el irrazonable intenta adaptar el mundo a sí mismo. Así pues, el progreso depende del hombre irrazonable.” Escribió Bernard Shaw.

Una sociedad del ruido donde los estereofónicos retumban con su estridente música, donde ya no importa la calidad de las notas ejecutadas sino los decibeles que estas alcancen, es una sociedad que renunció al arte, a su silencio y contemplación, que solo se ha encargado de llenar vacíos y dejó de ser un complemento para el espíritu, una sociedad de contenido ruidoso, que solo busca escandalizar, provocar, dominar e incluso atemorizar y que se envuelve dentro del halo malsano del ruido no es más que el producto de su decadencia, una sociedad que declina hacia el sin sentido, la futilidad y el secuestro de la sencillez que ofrece la vida, esa misma donde rebosa la belleza.

Hoy en día se valora más la energía en el discurso que el discurso, la voz que sobresalta es aquella que es más fuerte, que resuena con más furia cual si fuera una tormenta, hoy en día se valora más aquello que nos demuestre poder, fuerza y sobre todo furia, algo que trae de nuevo el fragor de las viejas batallas, las conquistas de sangre, nos hacen creer que con gritar enérgicamente vamos a proferir el cambio, el descontento se nos volvió un hábito y el ruido su lenguaje donde ya no prima la verdadera y bienintencionada acción, el acto heroico llevado de la razón,  nos han convertido en seres de ruido acostumbrados a quebrantar el silencio pero no a quienes silencian, dejamos de ser seres musicales, arrebatándonos la capacidad de tocar las fibras más íntimas del ser.

El ruido inquietante, que pareciera ser la misma voz del caos, aparece de la nada de manera catastrófica y ensordecedora, cual si fuera una masa estelar atrayendo todo hacia a su oscuridad. El ruido es el ego hecho estridencia, es la imposición del poder que aplasta la musicalidad de lo existente, rebasa el silencio que el alma demanda, aturde con estrépito la voz que anhela ser escuchada, los cantos del jilguero que cortejan el amanecer es sofocado por el grotesco ruido que cuál nube negra se levanta de la ciudad y lo obscurece todo, han muerto las voces y como tal las palabras de quienes demandaban ser escuchados, ha muerto el llanto, muerta la paz, muerto el regocijo también el canto del trovador, la leyenda del manso curaca que narraba inmerso en las flamígeras llamas de la fogata reventando la leña, fue asesinada por la razón que trajo violentamente las palabras ensordecedoras de la fe impuesta.

Ahora todo es ruido, se ha apoderado incluso de la imagen, de la escritura, del color, y sobre todo del pensamiento, es como una mancha de brea que en al agua se va expandiendo, lo va ennegreciendo todo a su paso, todo lo contamino bajo su estrafalario cuerpo y la gente se ha acostumbrado a este como un elemento más del paisaje, lo han permeado, han aceptado vivir en el silencio del opresor, han aprendido a vivir entre las sombras del ruido e incluso han aprendido a amarlo, la diaria esquizofrenia que produce artificialmente esta locura acústica los ha convertido en seres sordos pero también en seres que temen, seres capaces de alzar sus voces pero no de defenderse, seres sin música incapaces de admirar la belleza de la armonía y las notas perfectas que se entrelazan para alcanzar lo sublime, seres en cualquier sentido incapaces de armonizarse.

Valora el silencio como un depósito que le harás a la eternidad cuando tus ojos se cierren, escucha el murmullo de la vida que trata de hablarte con su diminuta voz en medio de la nada, ama la música cuando sus notas te recuerden la belleza del universo, escucha siempre no pretendas ser escuchado todo el tiempo, respeta la serenidad tuya pero sobre todo la de los demás, no permitas que las fibras de tu ser vibren con el ruido, el universo es un gran vacío, misterioso y profundo que trata de comunicarse en silencio con tu alma.

miércoles, 21 de abril de 2021

EL CONOCIMIENTO, INSOSPECHADO AGENTE DEL PODER

"Necesitamos enseñar a que la duda no sea temida, sino bienvenida y debatida, no hay problema en decir : No lo sé" Richard Feynman

Amigo que lees esto, que de seguro lo haces usando la internet y muy seguramente lo viste en una de las tan nombradas redes sociales, si es así, bien debes saber cómo yo que el tema de la verdad se ha controvertido de una manera extraordinaria dado la facilidad con la que hoy por hoy podemos expresarnos y socializar conceptos gracias a estas tecnologías.

Amigo como bien sabes la controversia ha girado en torno a lo que llamamos VERDAD, que no sobra recordarte que es la cualidad de coherencia entre lo que se piensa y la realidad, porque haciendo un paréntesis, el término de alguna manera no es comprendido y muchas personas como tú o yo creemos quizás que verdades hay muchas, ya que realmente si hablamos de coherencia inmediatamente determinamos que verdad solo puede haber una, de lo contrario pueden ser muchas cosas pero nunca VERDAD. 

Amigo es tan complejo esto que la verdad ha pasado por todos los planos de las epistemes humanas, con vuelo rasante ha llegado a elevarse hasta el pabellón de la moralidad donde ha encontrado su propio ministerio, convirtiendo a los letrados en sus indefectibles guardianes y eso hasta este momento comenzamos a vivirlo nuevamente, cual trago difícil de digerir puesto que la existencia de dicho ministerio en un espacio tan amplio como lo es la internet no puede más que causarnos las más profunda de las incertidumbres.

Amigo te lo digo con toda sinceridad, en un mundo que hasta hace unos años nos vendieron como un mundo libre, pero más como un recordatorio te digo esto, que el día en que en tu nación no te permitan cuestionar a sus autoridades, ese día sabrás que hay una dictadura y el día que sea mal visto cuestionar a hombres de ciencia ese día sabrás que volviste al oscurantismo.

Las FAKE NEWS (Noticias falsas) se están convirtiendo en el caballo de Troya para implantar este MINISTERIO DE LA VERDAD, amigo quiero darte un ejemplo que resulta bastante paradójico, ¿Recuerdas cuando Estados Unidos inició la guerra contra el régimen de Hussein en IRAK? Fue gracias a una “fake news” que invadieron ese país para realizar una de las mayores masacres que se haya perpetrado en el siglo pasado y hoy dicha estrategia no va a ser la excepción, es así como la tiranía del "Ministerio de la Verdad orwelliano" va a encontrar la excusa perfecta para invadir tu privacidad y de paso censurarte de la internet, que de por sí ya depende de gran manera nuestras vidas.

Obviamente como este ensayo trata sobre la verdad, debo aclararte tres puntos, primero, no es un ataque hacia el conocimiento en sí, si no a la odiosa y preponderante aptitud de muchos cuando se apropian del mismo, el conocimiento solo es malo si llega a las mentes equivocadas, el conocimiento cual pergamino antiguo puede echarse a perder dentro un cofre lleno de herrumbre y alimañas, por favor compréndelo. Segundo punto, que esto no es una defensa de las fake news, ni la información tergiversada o mal interpretada, lo que quiero defender es tu DERECHO A CUESTIONARTE, como un derecho universal e inalienable y tu derecho a obtener la libertad de poder discernir entre opiniones o información, pero sobre todo quiero recordarte que el gobierno y los medios no tienen por qué  tratarte como a un “niño” incapaz de distinguir entre lo falso y verdadero, quiero oponerme a que estas personas tomen un control paternalista sobre tu forma de pensar. Tercero y último que debo aclarar para ti y especialmente para aquellos que a diferencia tuya les cuesta entender mi punto de vista, es que con esto no pretendo desacreditar el trabajo y el rigor de las personas que estudian y verdaderamente saben de lo que hablan, a estas personas son a las que siempre debemos ante todos los demás, dar fe de lo que dicen, pero entiende bien, con todo el derecho a la OBJECIÓN, A LA CRÍTICA Y SOBRE TODO A LA INCERTIDUMBRE porque recordemos que la mayoría de personas de ciencia trabajan para un sector privado con intereses capitales y en algunos casos, para un estado, que en muchos casos se trata de una dictadura.

Pero lamentablemente hoy por hoy nos damos cuenta de una manera cruda e insospechada que la frase “EL CONOCIMIENTO ES PODER” es totalmente cierta y no porque gracias a este nos hayamos colmado de facultades a lo largo de la historia para lograr los más grandes avances en la ciencia y el arte, sino porque el conocimiento se está convirtiendo en un instrumento político y moral, una herramienta para dominar y apabullar todo aquello que se oponga a cualquier dictamen del vil autoritarismo y del aún más cruel dogmatismo.

Amigo gracias por leerme y haber llegado a este punto y no voy a dejarte ir sin darte un norte para esta situación, recuerda siempre que una de las más grandes virtudes del conocimiento humano a lo largo de toda su existencia es la DUDA, que es la capacidad de que podamos cuestionarlo todo incluso aquello que se nos vende como oficial, que podamos poner en tela de juicio cualquier argumento por "sustentado" que esté o tutelado bajo la más incuestionable de las autoridades es algo a lo que nunca debemos renunciar y te confirmo, que si alguien se opone a que te cuestiones, a que dudes, a que construyas una divergencia o vayas por el lado opuesto, déjame decirte que esa persona es un buen candidato para AGENTE DEL MINISTERIO DE LA VERDAD, es decir, que él o ella está tratando de pasar encima tuyo y por lo tanto no deberías darle ninguna credibilidad, estás en todo tu derecho de desconfiarle, por más autoridad o letrada sea.

De la misma manera te invito a que aprendas a escuchar y a debatir, que siempre afiances tus argumentos, pero siempre tengas una mente activa, es decir abierta al conocimiento, a la corrección y aceptes con toda humildad de que te equivocaste o que desconoces un tema. NUNCA TE QUEDES CALLADO, NO DEJES QUE LA VERDAD DE UNOS TE SOFOQUEN, TIENES TODO EL DERECHO A EXPRESARTE, A INTERROGAR Y CUESTIONARTE, RECUERDALE A LOS DEMÁS QUE TIENEN ESE DERECHO Y ÚNANSE CUANDO LA TIRANÍA COMIENCE A ABRIR SUS OJOS OSCUROS.


Si quieren profundizar en mis lecturas respecto a este tema acá les dejo un link en el que explico como el transhumanismo científico se está apoderando de las mentes humanas

La Religión del futuro


jueves, 8 de octubre de 2020

MI MENSAJE A LA JUVENTUD



Jóvenes de ahora, jóvenes de siempre. Esta sociedad ha avanzado mucho en diversos aspectos de la vida pero en el fondo sigue siendo la misma, pareciera que no aprendemos de los errores del pasado. Jóvenes quiero que entiendan mi mensaje, que entiendan que para la sociedad actual ustedes no son más que receptáculos, botellas a las que hay que llenar para luego vaciar. Pues ustedes no son nada de eso, ustedes son vida, son como un árbol que florece y sienta sus raíces.

Desde que son pequeños les han acostumbrado a ver siempre lo malo, a juzgar de manera superficial, hacen de los prejuicios un hábito, todo esto alejado de la crítica que construye. Ver lo malo y criticar son cosas muy distintas. Cuando ustedes solo ven lo malo están viendo lo superficial, cuando miran solo lo superficial solo están observando la oscuridad de la noche.  La crítica en cambio, es la luz que los lleva por el sendero al interior del alma misma, al núcleo del pensamiento en el cuál convergen las diversas visiones de lo existente. Sus padres, amigos, profesores, las personas que ni siquiera conocen están encerradas dentro de este círculo, el circulo de solo mirar lo despreciable, lo malo, lo que fácilmente se puede depreciar, porque juzgar contrario a la crítica es simplemente colocar el juicio sin ningún argumento, sin profundidad, eso es ver lo malo, eso es despreciar.

Cuando estaban en la escuela o colegio sus compañeros los señalaron con apelativos, “etiquetas” como si fueran envases: el gordo, la fea, el tonto, o el “nerd”, no hacían otra cosa más que ver por encima, también sus maestros en parte lo hacían: aquel chico es inquieto, aquel muy perezoso, aquel no es muy listo, aquel es pendenciero, pocas veces lograban ver lo bueno que hay en ustedes, así fueran como los más grandes tesoros, escondidos.


Les digo que estas personas solo juzgan lo superficial porque siguen encerradas en el círculo del prejuicio, de juzgar lo que para ellos no es de su agrado, pero les digo jóvenes, no los “juzguen” por eso, abran los ojos y entiendan que son ustedes la generación que romperá con este círculo, estas personas que miran solo lo superficial, lo bonito, lo feo, lo malo, lo bueno, el claro del día y el oscuro de la noche no están más que equivocadas ¿Por qué no aprenden a mirar las cosas buenas de las que ustedes son poseedores? Precisamente por eso, nadie quiere ver lo buenos que son ustedes, salvo que pudieran sacar provecho de ello. A esto se llama IDENTIDAD, la identidad debe ser entendida como identificar, algo que está muy por encima de observar o ver, en este caso “identificar lo bueno”, cuando ves las cualidades, cuando ves las virtudes, las habilidades, los atributos etc., estás viendo lo bueno, cuando ustedes siguen a un artista de rock o hip hop lo siguen porque se sienten identificados con él, porque ven sus atributos, porque este artista infunde en ustedes sentimientos que les hace sentirse bien, que les empodera, los conlleva a sentirse seguros de sí mismos, de hecho cuando ustedes escuchan su música siente como esta se funde en sus cuerpos, consolidando el sonido y su frecuencia en una sola sintonía, ustedes se siente libres, ese es el poder que tiene el identificarse con alguien el de captar sus atributos, experimentan la libertad y el poder a través de esa “sintonización” con algo más grande, pero tengan cuidado porque esto también puede resultar peligroso.

Dado que casi todo el tiempo la sociedad los mantiene aprisionados, lejos de que logren percibir quiénes son realmente, de identificarse y aún mucho más de identificar a sus semejantes, en el camino por lograr esto que es tan necesario para ser ustedes mismos, para germinarse como seres humanos, a veces ustedes comenten el error de seguir a las personas equivocadas, gente que solo quieren sacar un provecho de ustedes, en ese camino solemos seguir a personas con las que nos identificamos pero estas personas en el fondo pueden ser malvadas y de alguna manera los llevara por la senda equivocada. Por eso jóvenes ustedes deben ser prudentes con los buenos discursos, deben cuidarse de todo aquello que por fuerza quiera imponer su voluntad por mucho que se esté de acuerdo con ella, deben guardarse sobre todo de las apariencias. Recuerden que en principio la sociedad quiere minimizarlos, quiere reducirlos a un sub-producto, no quieren que ustedes sean libres, no quieren que sean ustedes mismos.


En la tierra hay un tipo de interacción cuya principal base es el COMPARTIR, para eso estamos en la tierra, para compartir, porque el universo no es el ser individual, es el conjunto y por mucho que la sociedad de hoy nos intente mostrar lo contrario, la realidad es que estamos en un lugar compartido, un lugar que existe porque es para todos y por el cual todos juntos directa o indirectamente luchamos. Por mucho que una comunidad o un individuo nos parezca estar separados del objeto, la realidad es que todos somos uno, nadie, ningún ser en la tierra está exento de esta regla, “todos para uno y uno para todos” y como tal estamos compartiendo este maravilloso entorno, es lo que hacemos a diario cuando interactuamos con nuestro semejantes, nos unimos a ellos o nos separamos de ellos por cosas que compartimos. En eso consiste la interacción social, en compartir, y no tiene por qué ir más allá de eso. A diario ustedes comparten habitación con su familia o amigos, comparten el mismo medio de transporte, comparten una imagen, algún artículo o frase en internet, comparten tiempo con alguien que les agrada, comparten sus ideas y opiniones y desde luego también comparten sus diferencias cuando están en desacuerdo con alguien o argumentan. Pero es solo eso y nada más. Comparten sus mismos ideales con algún tipo de líder, sea político, religioso, un artista, un filósofo, un divulgador etc. Pero nada más, les hablo jóvenes con estas simples palabras de que las cosas no deben pasar de allí, del simple hecho de compartir, porque cuando ustedes pretenden más que compartir sus opiniones, ustedes se convierten en seguidores y el paso para llegar a ser fanático es muy corto. Ese es el peor error en el que ustedes como jóvenes suelen caer, convertirse en fanáticos.

Los fanáticos solo quieren imponer su razón, quieren transformar el mundo a su manera, quieren ser los poseedores de la verdad y como tal de las conciencias, los fanáticos construirán un mundo para ellos encima de los demás sin importarles nada, el fanatismo los enceguece, y ustedes si son inteligentes no querrán andar ciegos por el mundo. Con esto no estoy diciendo que dejen de admirar a las personas que siguen, con esto no digo que se rehúsen a formar una comunidad en torno a la admiración que suscita dicho sujeto, simplemente no se hagan fanáticos. El compartir ideas no los priva de compartir objeciones pero hacerse seguidores de ideas, de líderes, los puede llevar por el camino equivocado, al hacerse fanáticos dejarán de ser ustedes mismos, al entregarse ciega y apasionadamente a cualquier corriente, cualquier concepto, ideología etc. volverán a cerrar el círculo del prejuicio que es donde se encierra la ignorancia, la sumisión, la pasividad, el atavismo.

Tal vez esto se contradice, comprender por un lado que somos un conjunto y que el fanatismo nos puede dar una identidad dentro de ese conjunto pero no se engañen, porque los fanatismos generalmente terminan solo por beneficiar a una o un grupo de personas mientras les hacen creer que ustedes pertenecen a un todo, ¡Gran error! Porque están empoderando el egoísmo, el individualismo, el pensamiento pasivo, los están convirtiendo en unidades de un absoluto, en pocas ´palabras, en seres individualistas que comparte con otros individualistas, seres mecanizados y repetitivos, la luz brillará solo de afuera nunca de ustedes mismos.

viernes, 22 de mayo de 2020

¿Qué es el amor?


Una idealización del más imperioso de los sentimientos, de aquello que representa la mayor comunión entre todos los seres, la gracia, sacrificio y lealtad, a aquello que nos puede elevar hacia la gloria o hacernos descender al mismísimo infierno, aquello que por siglos ha sido el tema principal en innumerables obras y expresiones artísticas, a aquello que el hombre aún después de tantas batallas le cuesta alcanzar y por lo tanto se convierte en el más sublime ideal. Así es, se trata del amor, ese sentimiento que a veces, por no decir todo el tiempo, engaña. Le hemos puesto en un pedestal, le hemos “romantizado”, le hemos divinizado en dioses como Afrodita, Freyja, Hathor, hasta Eros que con sus flechas hirientes nos recordaba que el amor también duele. El amor por un dios llevó a un hombre a sacrificar a su propio hijo, así como Narciso enamorado de su propia imagen se arrojó a las negras aguas que tintaron su reflejo, el amor que ha hecho grande a cientos de hombres y mujeres a través de la historia, convertido en héroes arrobados por el amor a su patria, a su pueblo.


Pese a todas sus facetas el amor casi siempre se muestra en una sola. Es un sentimiento que hacemos grande porque infinito es el espacio de nuestra mente. A veces calla, a veces llora, a veces enloquece pero siempre, siempre parece sonreír. Las múltiples caras del amor se nos revelan con una distinción, tenemos por un lado el amor más primitivo, el que justamente da origen a la palabra en latín, amor viene de amm que es el prefijo que nos habla de la madre, el amor maternal es también el más primitivo y esencial porque la madre cuida a sus crías con amor incondicional. En varias especies animales las madres llegan a morir para que sus hijos vivan. Luego de este viene el amor paternal que sobresale mucho más en la especie humana. La madre alimenta y el padre protege, este amor de padres a hijos nace en la misma raíz del cerebro primitivo. Son precisamente ciertas sustancias en el cerebro la que generan este afecto inusitado de la madre o en algunos casos el padre hacia sus cachorros, de hecho es tan primitivo e instintivo que las madres llegan a matar a otras criaturas solo por proteger a sus crías. En el caso del amor paternal, los padres pueden matar a algunos de sus hijos para garantizar la subsistencia de la camada, claro está que en vez de “matar” podemos usar la palabra “sacrificio”, porque de eso se trata el amor de los padres, en un constante sacrificio y justamente el ser humano sacrifica muchas cosas de sí para poder criar a sus hijos. Pero ahí está el engaño, el amor de una madre por sus hijos está impelido no más que por su propia naturaleza primitiva.
El amor que precede al materno es el amor filial, el afecto de un filio, un “hijo”, el amor que se profesa hacia los padres. Para la fe cristiana, musulmana y judía es el más importante, porque es el amor a Dios el que le da su razón de ser al hombre. El amor filial obedece a la compensación del hijo hacia su madre o padre por el amor que estos le brindaron e hicieron posible su existencia, en muchos casos los hijos humanos no corresponden a sus padres como debieran, motivados por el poco afecto, maltrato o abandono que recibieron de ellos en su infancia. Como sea el amor filial responde al amor del padre o la madre, como un amor “compensado”, en el caso de la madre es más fuerte porque el vínculo se genera desde la gestación misma. Este amor se sustenta en la lealtad, el cariño, el respeto y la protección, en algunos casos incluso el sacrificio. Ambas formas de amor, filial y maternal son las formas más primitivas de afecto.


Luego de estos tenemos ahora el amor fraternal, el cual en el hombre se idealiza no solo en términos de hermanos sino también de comunidad, de raza, de pueblo y nación. El amor fraterno ya no se sostiene esencialmente en el sacrificio sino en el apoyo y la protección, pero este es limitado porque las condiciones culturales también son limitadas. Por años el eslogan de muchas campañas de estado fue el amor fraterno, “el amor al prójimo” como lo llamaría algunos, pero si bien podemos pertenecer a cierta comunidad o a un estado son muchas las condiciones que limitan ese amor, de hecho cuando se trata de convocar una unidad dentro de la nación, nos topamos con un choque ideológico y cultural que termina causando más división que fraternidad. Esta sociedad no necesita hermanos sino personas unidas a una misma causa (La causa de la felicidad,) la fraternidad hace la unión y no lo contrario. Nos cuesta ser hermanos aun perteneciendo a la misma raza humana. Es como si cientos de especies de aves se encontraran para iniciar su ciclo migratorio, por muchas que vuelen dentro de la bandada pocas o ninguna van a tomar la misma dirección.


El amor no menos importante y que hoy por hoy podríamos considerar “sobrevalorado” es aquel que nace en todos nuestros corazones juveniles, que nos hace soñar y ver el mundo de una manera tan colorida como si se tratara de una poderosa droga, es aquel que nos lleva hacia el idealismo más absurdo pero a su vez, emana como una cristalina fuente de inspiración y no por nada es el principal referente en la ficción bajo casi todas sus manifestaciones, es el amor al que erróneamente se le llama “romántico”, al cual es más acertado llamarlo “erótico”, pese a que esta acepción se enfoca hacia lo sexual, pero ¿Acaso no es lo sexual lo que predomina dentro del amor “romántico?
El amor de pareja, el mismo que como un invisible lazo atan a dos seres que profesan su amor, no es el amor más primitivo porque viene de un acto de “apareamiento”, muy alejado de lo que podríamos considerar verdaderamente amor, porque en principio no hay sacrificio, ni lealtad, ni cooperación, solo un acto donde se confrontan dos fuerzas distintas, bajo una causa nada consciente.


El amor erótico se sublima en toda una suerte de metáforas que son más propias de las otras formas de amor. La palabra “romance”, la misma que nos evoca “idilio” no es más que una tergiversación etimológica del mismo puesto que romance o romántico se refiere específicamente a la lengua que se hablaba en la antigua Roma, nada que ver con el amor más que su bifronte en palabra. El romanticismo justamente ha surgido en el siglo XVIII enfocándose más en el sentir humano y desde aquí se comenzó a asociar lo romántico con lo meramente erótico, aunque estos dos conceptos así como el agua y el aceite siempre han estado de alguna forma separados, seguramente por los tabúes de cada época.
El amor erótico está dentro de la misma fuente que genera toda clase de sustancias que nos muestra el mundo muy distinto a como lo percibimos cuando no estamos enamorados, cuando somos jóvenes y aún las flores de la sexualidad no han eclosionado, el amor se puede cautivar con una simple mirada, una sonrisa, cualquier gesto y belleza que se nos antoje divinos, apenas estamos descifrando el cantar de la naturaleza, es el sexo el que lleva este barco pero no lo sabremos hasta llegar a la adolescencia, cuando nuestra sexualidad despliegue sus pétalos y nos dé un atisbo del verdadero camino. Todo esto es muy hermoso, muy metafórico, no en vano los personajes Romeo y Julieta eran adolescentes, porque es en esta edad donde el ideal erótico llega a su cúspide más alta. Después con el pasar de los años vamos entendiendo, que toda esta empalagosa sinfonía de halagos, presentes, episodios románticos, ergo, también de desesperación y sufrimiento, de horas casi interminables donde la angustia podía poseernos, no era más que la trama dentro de aquella obra de teatro llamada “sexualidad”. Ese amor romántico, (amor erótico) siempre fue el actor con alas de Eros y máscara de Morfeo recitando sus diálogos a través de nuestro sentir, hablando con toda sinceridad e impulso de su corazón y mintiendo descaradamente con toda lucidez. Fuimos puros pero también hipócritas, solo estábamos en un terreno desconocido midiendo nuestras fuerzas con la persona que sería el “amor de nuestras vidas”. Tanto hombre y mujer cayeron en el engaño y luego vino el erotismo a arrebatar todo lo que el amor había creado, para dar el verdadero sentido de este, ¡el sexo!, ¡la reproducción!, de hecho todas aquellas grandes metáforas de la vida como lo son la lealtad, el sacrificio, la protección, el apoyo etc. todas vinieron a confluir dentro de este amor erótico que con los años pasó a convertirse en una “amistad” – hija única de todas las formas de amor – en donde el este sentimiento bajo sus otras formas se manifestaría en post de crear una descendencia.


Cuando se llega a cierta edad y se reflexiona tanto sobre esta gran episteme, es inevitable pensar que aquello que tanto llegamos a idealizar no son más que piezas dentro del juego de la naturaleza, el mismo que coloca como premio a la vida misma.


Por último viene al amor no menos importante pero que suele ser el menos valorado por así decirlo, porque la religión y algunas corriente filosóficas se encargaron de reducirlo como algo maligno o simplemente amoral,  es  el amor que parece discurrir en la post-modernidad hacia la cúspide de la pirámide de la nutrición afectiva, el ego suspicio, el Selbstliebe, el “amor así mismo” o como se le conoce en la psicología “autoestima”, que es el afecto que se tiene a su propio ser y naturaleza, el amor más esencial en todos los seres vivos, forjador de nuestro temple e identidad, que puede ser tan sano como enfermizo, -Ya de por sí toda forma de amor puede llevarnos a la locura misma-, pero este amor en especial que puede transformarse en egolatría, es en sí, una enfermedad en los tiempos modernos.
El amor propio dentro de la conducta animal es instintivo y obedece esencialmente al sentido de supervivencia, el amor propio en el ser humano obedece más a la autosatisfacción, en muchos casos podemos ver que el “amor al prójimo” podría bien ser producto de una baja autoestima o por lo contrario, un amor desmedido hacia sí mismo. Muchas personas que entregan su vida a un constante altruismo debe en muchos aspectos renunciar a sus propios placeres y defectos, así mismo una persona que demande una gran afectividad podría refugiarse dentro del altruismo y la filantropía (Como sucede con muchas personas famosas y adineradas) solo para complacer su ego y satisfacción.
¿Podría entonces el amor al prójimo ser producto de una abrumadora necesidad afectiva? En efecto, la “baja autoestima” bien nos puede llevar hacia un desmedido apego al sacrificio y la entrega a los demás o bien hacia un sentimiento egoísta que nos conduzca hacia el altruismo hipócrita que solo busca nuestra autosatisfacción moral, es aquí donde nuevamente vemos como el amor en su sutil encanto se disfraza nuevamente, el altruismo, la abnegación, el sacrificio, la filantropía etc. no serían más que el efecto de un profundo vacío emocional cuya principal motivación reside en el deseo de auto complacer.


Entonces ¿Podremos definir al amor como algo meramente engañoso? No necesariamente, el amor ha sido como tantas otras cosas llevado al grado de una virtud, tanto que llegamos a olvidar que simplemente el amor es parte de la materia y su mecánica, es una extensión del fenómeno que conocemos como vida, así como los hombres primitivos consideraban al sol una deidad omnipotente nosotros ponderamos nuestra conducta animal evolucionada como algo sublime y profundamente metafísico, tanto que construimos todo un sistema de reglas (que constantemente se rompen,) al que llamamos moral y pues la “doble moral” no es la ruptura de la misma sino la verdadera naturaleza de nuestro existir como seres humanos. Nosotros quebrantamos las normas y leyes constantemente porque precisamente nosotros como sociedad, como comunidad, cultura, como estado etc. tenemos que vivir a la sombra de un “monstruo” bicéfalo, una cabeza que representa nuestra naturaleza instintivamente egoísta y otra cabeza que pugna con esta a través de las normas y la autoridad.
Y me preguntarán ¿Hay algo de malo en eso? No, siempre y cuando el potencial de nuestras mentes non nos lleve a idealizar al extremo cosas que bien pueden ser comprendidas entendiendo la naturaleza primitiva de nuestro comportamiento.
 Para matizar todo esto que representa el amor como un sutil engaño, incluso a sabiendas que yo mismo he caído en la cuestión de “idealizar” a través de esta reflexión, el amor obedece siempre al placer, el placer es la forma de engaño más grande que tiene la vida para su fin, solo piensen en las tornasoladas y hermosas plumas del pavo real, el placer surgió para compensar la dificultad que representa el vivir y también de la existencia, la vida a través del placer busca someternos a su designio incluso llevándonos a cometer los más grandes horrores (Y todo bajo el designio del Selbstliebe.)  El amor hace parte de esta cadena y por lo tanto siempre nos seguirá pareciendo un engaño o la mayor de todas las virtudes humanas.

sábado, 2 de mayo de 2020

La música: El diálogo Apolinio entre el ser y la armonía



Hoy en día la música parece haber perdido un gran valor estético y lírico, y aunque el interés de este escrito no está en discutir las razones de por qué está sucediendo esto, es importante conocer y ahondar en una de las principales razones, que nos servirá de punto de partida para entender el porqué del interés y la importancia de la música en nuestra existencia.



Actualmente podemos encontrar muchísima música ya que los medios tecnológicos no solo han favorecido su divulgación sino también su producción. Si bien aún contamos con trabajos de calidad en muchos géneros y sub-géneros vale la pena diferenciar la música como clasificada y desclasificada. La primera vendría a ser la música tanto de antaño como la nueva que ya tiene cierta clasificación, es decir que de una u otra manera, todos conocemos, distinguimos o compartimos. La segunda vendría a ser la música desclasificada que quiere decir que está por descubrirse, la que la mayoría de gente desconoce ya sea porque no se ignora su autor o simplemente no se ha divulgado por cuestiones de tiempo, espacio, medios etc.
La música clasificada es aquella que el lector puede escuchar y alguien en otra parte del planeta puede decirle a qué autor pertenece y en efecto si usted va a consultar más datos sobre dicha canción no solo va a saber cuándo se compuso sino también a qué género o sub pertenece.
La música desclasificada por lo contrario es aquella que usted bien pasa por alto la mayor parte del tiempo por cualquiera de las múltiples razones que existan, es por eso que esta música se le puede considerar también como “música por desclasificar” porque es prácticamente desconocida y solo llegamos a ella por simple casualidad o por estudio e indagación.


La razón por la que se clasifica la música en estos dos órdenes es para entender como  la música está íntimamente enlazada no con la vida de las personas sino con su existencia. La música hace palpable esa existencia porque entre sus múltiples cualidades encontramos la identidad, y no solo la identidad subjetiva sino la identidad humana como tal.


Como lo mencioné al principio la música de hoy a perdido estética y lirica pero solo en apariencia porque aún se sigue produciendo buena música, lo que sucede es que mucha de esta es desclasificada (Incluso la que solía estar clasificada) y por ende son muy pocas las personas que pueden gozar de ella.
Una de las razones entre tantas que hay de por qué no encontramos a esta buena música “por clasificar” es precisamente por su contraparte, y es aquí donde encontramos la razón de ser de este ensayo.


Existen muchas razones por las que escuchamos música, primordialmente porque se trata de algo subjetivo, pero hay muchas más de por qué no lo hacemos, en primer lugar está el componente geográfico, el lugar donde residimos por obvias razones influye en gran parte en el tipo de música que escuchamos. De aquí podemos trazar un punto de partida en el que se despliegan varias razones para determinarlo, entre ellas está el núcleo familiar, el nivel económico y cultural, el paradigma social, el medio ambiente etc.
Así se determina que la experiencia intrínseca de la música se contrapone a la experiencia real, la primera determinada por subjetividad de cada ser humano y la segunda por su entorno. En este ensayo vamos a tratar la experiencia subjetiva primordialmente y su relación exógena con el medio, la que determina el por qué escuchamos música y no en general sino un tipo específico, que a su vez nos llevará a la respuesta de la cuestión inicial.


Siempre me he considerado un amante de la música, puedo apreciar prácticamente cualquier género, desde pequeño he escuchado música popular hasta música clásica. Hay muchas personas que afirman que el hecho de apreciar múltiples géneros musicales se debe a un desarrollo especial de la inteligencia (Inteligencia musical) de hecho no solo la escucho sino también tengo nociones para producirla. Ese desarrollo intelectual acerca de la música es lo que coloquialmente se conoce como “buen oído”. El “buen gusto” por la música también obedece a este aprecio especial que se tiene a esta forma de arte. Los estudios a lo largo del tiempo han demostrado que escuchar música con una variedad compleja de matices e interpretaciones como la música clásica se relacionan con un mayor nivel intelectual, mientras que géneros más populares y con bases rítmicas y armónicas más simples como el popular “reguetón” se relaciona con coeficiente de intelecto más bajo. Esto apenas es un estudio y se cita sin ánimo de ofender a las personas. Nos damos cuenta entonces que el primer factor que determina nuestra inclinación hacia la música es intelectual.


La complejidad musical puede ser apreciada por una mente inteligente porque la música es abstracción pura, es como apreciar obras de pintores como Humberto Boccioni o de Zao Wou-ki. Boccioni plasma en sus cuadros figuras que se entrelazan hasta fundirse como si estuviera retratando la raíz misma del constructo mental, es decir el justo momento en que se conecta la nada con lo existente, mientras que Zao retrata en sus lienzos de forma puramente abstractiva y magistral los estados emocionales. De esta forma la música también es comprendida, por una abstracción que está mucho mejor adaptada que el campo visual humano y entre más compleja sea la composición musical, más requiere de la abstracción de una mente dotada.
Por otro lado tenemos la lírica que también puede encerrar cierta complejidad aunque por regla general se suele recurrir a una narrativa más bien simple, para hacer la música asequible y agradable. Podemos encontrar así, en muchos géneros musicales que no son tan complejos como la música pop, letras con una profundidad epistemológica. Algunas personas se decantan más por este tipo de abstracción dentro de esto género artístico, de hecho a partir de estas apreciaciones podemos definir a los oyentes tanto melómanos como no melómanos. Están por un lado los oyentes que aprecian mucho la estética musical, estas personas suelen inclinarse más hacia la música de cámara, la música instrumental o la música de sesión como el jazz o el blues, aunque también gustan de género cantados pero siempre les atrae más la música como estructura que como lírica. En su contraparte están los oyentes que aprecian más la lírica, esto es que gustan más del contenido lírico, el mensaje, la literatura misma de la música, estas personas suelen preferir las canciones por encima de la música más abstracta y así mismo gustan de la poesía, las buenas historias y los mensajes profundos. Solemos encontrar también  a los oyentes que aprecian tanto la estructura musical como la lírica.
Hay personas que simplemente escuchan música y aprecian esta debido a varios factores sociales y geográficos principalmente (De los factores emocionales hablaré más adelante.) Factores sociales como la moda, determinan en gran parte la música que escuchan algunas personas, especialmente los jóvenes que se decantan por ritmos más modernos porque son los que más se escuchan en la radio y por lo tanto suelen ser los más “clasificados”.  El factor geográfico influye enormemente ya que las personas aprecian más la música que se produce dentro de su región o su raíz cultural. Todos estos factores, tanto intelectuales como los del medio son determinantes a la hora de que exista música clasificada y desclasificada.



EL FACTOR EMOCIONAL, EL LAZO DEFINITIVO ENTRE MÚSICA Y EXISTENCIA
Música y existencia se entrelazan en un vaivén donde juntos flotan en un espacio brillante, vívido y lleno de armonía, las sensaciones nos arroban, nos dejamos llevar por la música como la cipsela se deja llevar por el viento. La música se funde en nuestra alma tanto que nos hace sentir que vivimos más allá del todo, nos hace trascender y nos llena de sensaciones puras que matizan el acto mismo de la existencia. La música pareciera transportarnos a otro plano, a otra dimensión, es por eso que muchas culturas se valieron de la música para alcanzar estados trascendentales, pero la música también es como un navío donde viajan nuestras emociones, primero se van por su cauce cual si fuera un río hasta llegar al mar donde cielo y tierra confluyen, podemos saltar de él y quedar suspendidos en su agradable tibieza, bien si el océano es manso o bien si está en turbulencia, agitando nuestras sensaciones, haciendo vibrar nuestro sentir en una sola frecuencia, en armonía única.




Hace un tiempo descubrí algo con cierta frustración, escuchando varios géneros musicales noté que siempre había una motivación especial para escuchar música en específico. En efecto tantos años admirando la música en casi todos sus estilos y formas  me di cuenta que en sí no era el amor por la música como una entidad propia con cuerpo y alma lo que me motivaba a escucharla, había una razón muy importante que venía dentro de mi existencia. Vi entonces como se oscurecía de a poco este panorama cuando me daba cuenta que no era en sí la estructura o la complejidad de su mensaje lo que me llamaba sino porque esta se convertía en un vehículo inmediato de mis emociones. Dicha idea se me reveló cuando en ciertas temporadas me inclinaba a escuchar música pop que contuviera cierto aire oscuro, y en otras ocasiones quería escuchar canciones de salsa que se caracteriza por su matiz alegre. Desde muy joven aprecié el género conocido como heavy metal y a veces me aterraba el pensar que duraba mucho tiempo pasando de largo esa música, que incluso a veces me podría causar cierto desprecio. Es así como me di cuenta que una de las razones fundamentales por la que escuchamos música (Si acaso esta no será la principal) tiene que ver con la vivencia y sus dos factores recíprocos, experiencia y emociones, es lo que nos lleva a preferir ciertas canciones o géneros musicales. En efecto porque el hecho de que se aprecie solo una obra tan solemne y “clasificada” como la novena sinfonía de Beethoven no necesariamente nos dice que nos guste la música clásica, de la misma manera que una persona con “buen oído” podrá no gustarle cierto género musical (como el jazz por ejemplo) pero es plenamente consciente que se trata de un excelente género musical. Esto tipo de apreciación ambivalente y subjetiva que bien hace parte de todo este entramado por el gusto musical, tiene como origen los estados emocionales.


Volviendo a mi experiencia personal me he dado cuenta que las emociones responden a la música de una forma casi excepcional y es en la vivencia donde concretamos los géneros o composiciones que determinarán nuestro gusto musical por el resto de nuestras vidas. Esto a su vez explicaría porque existe tanta música “desclasificada”. Como lo dije anteriormente puedo apreciar cualquier tipo de música desde la más simple a la más colorida y compleja, pero será muy poca la música que logre quedarse en mi corazón, es decir, la que logre crear ese puente entre el medio y la existencia, aquel lazo íntimo germen de grandes emotividades, aquel que también constituye parte fundamental de nuestra identidad, de lo que somos tanto personal como culturalmente. Esto es lo que ha oscurecido un poco mi ambiente frente a la música porque siempre había creído que lo que amaba en verdad era la música tanto en su estructura como su composición literal, pero por mucho que encuentre música excepcional, creada con gran maestría y dotada de un mensaje muy poderosos esta música se quedará siempre relegada por la música “clasificada”, la que ya está tan dentro de mí que es muy difícil olvidar, porque representa esa parte de mí que era solo vacío, estas composiciones a lo largo de mis vivencias han logrado llenar para conformar el ser que soy ahora, mi existencia. Por eso es muy importante la música en los primeros años de nuestra vida, más exactamente desde los 7 años hasta finales de la adolescencia porque es en este periodo que se estructuran las bases cognitivas y emocionales que nos ligan a la música. Todo esto de mano de la vivencia, que no es otra cosa que las experiencias a través de las emociones y su inmediato vínculo con las obras artísticas (En especial el género que se trata en este ensayo) Se han marcado de tal forma en nuestras almas que es muy difícil prescindir de ellas, siempre querremos escucharlas, siempre anhelamos repetirlas y evocar las sensaciones que rodearon dichas obras con los parajes de nuestras experiencias, nuestras vivencia, nuestra vida.
Cuando escuchamos a una agrupación nueva, una obra o estilo musical nuevos etc., por muy buenos que sean, por muy complejos y profundos que sean, si no logran imbricar aquel lazo al que yo llamaría un “diálogo Apolonio entre el ser y la música”, podría condenarse a ser música desclasificada, para que esto se logre la música tiene que volverse vivencia, tiene que hacer parte de algún tipo de experiencia que haga trascender y así evocarla para siempre, que forme parte de nosotros, de nuestra nuestro pasado, presente y expectativa.



Todo lo mencionado en esta última parte del ensayo es el componente emocional ligado al gusto musical de cada ser, el que desde un principio he determinado como algo no tan aliciente, que raya dentro de la angustia misma, pero si bien para aquellos que apreciamos desde lo más ínfimo de este maravilloso arte que es la música puede parecer algo negativo, no olvidemos que independientemente del oyente que seamos, la música siempre va a formar parte de nuestras vidas, dándole el sentido y belleza que solo el universo puede proporcionar a la existencia misma.


El Factor Cero (Tx0)

  “La vida no tiene sentido, pero vale la pena vivir, siempre que reconozcas que no tiene sentido” Albert Camus Los seres humanos no lo sabe...