jueves, 8 de octubre de 2020

MI MENSAJE A LA JUVENTUD



Jóvenes de ahora, jóvenes de siempre. Esta sociedad ha avanzado mucho en diversos aspectos de la vida pero en el fondo sigue siendo la misma, pareciera que no aprendemos de los errores del pasado. Jóvenes quiero que entiendan mi mensaje, que entiendan que para la sociedad actual ustedes no son más que receptáculos, botellas a las que hay que llenar para luego vaciar. Pues ustedes no son nada de eso, ustedes son vida, son como un árbol que florece y sienta sus raíces.

Desde que son pequeños les han acostumbrado a ver siempre lo malo, a juzgar de manera superficial, hacen de los prejuicios un hábito, todo esto alejado de la crítica que construye. Ver lo malo y criticar son cosas muy distintas. Cuando ustedes solo ven lo malo están viendo lo superficial, cuando miran solo lo superficial solo están observando la oscuridad de la noche.  La crítica en cambio, es la luz que los lleva por el sendero al interior del alma misma, al núcleo del pensamiento en el cuál convergen las diversas visiones de lo existente. Sus padres, amigos, profesores, las personas que ni siquiera conocen están encerradas dentro de este círculo, el circulo de solo mirar lo despreciable, lo malo, lo que fácilmente se puede depreciar, porque juzgar contrario a la crítica es simplemente colocar el juicio sin ningún argumento, sin profundidad, eso es ver lo malo, eso es despreciar.

Cuando estaban en la escuela o colegio sus compañeros los señalaron con apelativos, “etiquetas” como si fueran envases: el gordo, la fea, el tonto, o el “nerd”, no hacían otra cosa más que ver por encima, también sus maestros en parte lo hacían: aquel chico es inquieto, aquel muy perezoso, aquel no es muy listo, aquel es pendenciero, pocas veces lograban ver lo bueno que hay en ustedes, así fueran como los más grandes tesoros, escondidos.


Les digo que estas personas solo juzgan lo superficial porque siguen encerradas en el círculo del prejuicio, de juzgar lo que para ellos no es de su agrado, pero les digo jóvenes, no los “juzguen” por eso, abran los ojos y entiendan que son ustedes la generación que romperá con este círculo, estas personas que miran solo lo superficial, lo bonito, lo feo, lo malo, lo bueno, el claro del día y el oscuro de la noche no están más que equivocadas ¿Por qué no aprenden a mirar las cosas buenas de las que ustedes son poseedores? Precisamente por eso, nadie quiere ver lo buenos que son ustedes, salvo que pudieran sacar provecho de ello. A esto se llama IDENTIDAD, la identidad debe ser entendida como identificar, algo que está muy por encima de observar o ver, en este caso “identificar lo bueno”, cuando ves las cualidades, cuando ves las virtudes, las habilidades, los atributos etc., estás viendo lo bueno, cuando ustedes siguen a un artista de rock o hip hop lo siguen porque se sienten identificados con él, porque ven sus atributos, porque este artista infunde en ustedes sentimientos que les hace sentirse bien, que les empodera, los conlleva a sentirse seguros de sí mismos, de hecho cuando ustedes escuchan su música siente como esta se funde en sus cuerpos, consolidando el sonido y su frecuencia en una sola sintonía, ustedes se siente libres, ese es el poder que tiene el identificarse con alguien el de captar sus atributos, experimentan la libertad y el poder a través de esa “sintonización” con algo más grande, pero tengan cuidado porque esto también puede resultar peligroso.

Dado que casi todo el tiempo la sociedad los mantiene aprisionados, lejos de que logren percibir quiénes son realmente, de identificarse y aún mucho más de identificar a sus semejantes, en el camino por lograr esto que es tan necesario para ser ustedes mismos, para germinarse como seres humanos, a veces ustedes comenten el error de seguir a las personas equivocadas, gente que solo quieren sacar un provecho de ustedes, en ese camino solemos seguir a personas con las que nos identificamos pero estas personas en el fondo pueden ser malvadas y de alguna manera los llevara por la senda equivocada. Por eso jóvenes ustedes deben ser prudentes con los buenos discursos, deben cuidarse de todo aquello que por fuerza quiera imponer su voluntad por mucho que se esté de acuerdo con ella, deben guardarse sobre todo de las apariencias. Recuerden que en principio la sociedad quiere minimizarlos, quiere reducirlos a un sub-producto, no quieren que ustedes sean libres, no quieren que sean ustedes mismos.


En la tierra hay un tipo de interacción cuya principal base es el COMPARTIR, para eso estamos en la tierra, para compartir, porque el universo no es el ser individual, es el conjunto y por mucho que la sociedad de hoy nos intente mostrar lo contrario, la realidad es que estamos en un lugar compartido, un lugar que existe porque es para todos y por el cual todos juntos directa o indirectamente luchamos. Por mucho que una comunidad o un individuo nos parezca estar separados del objeto, la realidad es que todos somos uno, nadie, ningún ser en la tierra está exento de esta regla, “todos para uno y uno para todos” y como tal estamos compartiendo este maravilloso entorno, es lo que hacemos a diario cuando interactuamos con nuestro semejantes, nos unimos a ellos o nos separamos de ellos por cosas que compartimos. En eso consiste la interacción social, en compartir, y no tiene por qué ir más allá de eso. A diario ustedes comparten habitación con su familia o amigos, comparten el mismo medio de transporte, comparten una imagen, algún artículo o frase en internet, comparten tiempo con alguien que les agrada, comparten sus ideas y opiniones y desde luego también comparten sus diferencias cuando están en desacuerdo con alguien o argumentan. Pero es solo eso y nada más. Comparten sus mismos ideales con algún tipo de líder, sea político, religioso, un artista, un filósofo, un divulgador etc. Pero nada más, les hablo jóvenes con estas simples palabras de que las cosas no deben pasar de allí, del simple hecho de compartir, porque cuando ustedes pretenden más que compartir sus opiniones, ustedes se convierten en seguidores y el paso para llegar a ser fanático es muy corto. Ese es el peor error en el que ustedes como jóvenes suelen caer, convertirse en fanáticos.

Los fanáticos solo quieren imponer su razón, quieren transformar el mundo a su manera, quieren ser los poseedores de la verdad y como tal de las conciencias, los fanáticos construirán un mundo para ellos encima de los demás sin importarles nada, el fanatismo los enceguece, y ustedes si son inteligentes no querrán andar ciegos por el mundo. Con esto no estoy diciendo que dejen de admirar a las personas que siguen, con esto no digo que se rehúsen a formar una comunidad en torno a la admiración que suscita dicho sujeto, simplemente no se hagan fanáticos. El compartir ideas no los priva de compartir objeciones pero hacerse seguidores de ideas, de líderes, los puede llevar por el camino equivocado, al hacerse fanáticos dejarán de ser ustedes mismos, al entregarse ciega y apasionadamente a cualquier corriente, cualquier concepto, ideología etc. volverán a cerrar el círculo del prejuicio que es donde se encierra la ignorancia, la sumisión, la pasividad, el atavismo.

Tal vez esto se contradice, comprender por un lado que somos un conjunto y que el fanatismo nos puede dar una identidad dentro de ese conjunto pero no se engañen, porque los fanatismos generalmente terminan solo por beneficiar a una o un grupo de personas mientras les hacen creer que ustedes pertenecen a un todo, ¡Gran error! Porque están empoderando el egoísmo, el individualismo, el pensamiento pasivo, los están convirtiendo en unidades de un absoluto, en pocas ´palabras, en seres individualistas que comparte con otros individualistas, seres mecanizados y repetitivos, la luz brillará solo de afuera nunca de ustedes mismos.

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