sábado, 1 de julio de 2017

EL PODER DE LAS PALABRAS: ¿CREER O CONFIAR?

Desde los albores de la humanidad cuando el hombre comienza a hacerse consciente de sus emociones, creer se convierte en una herramienta indispensable para darle un rumbo al pensamiento trazando subjetivamente el camino hacia el florecimiento objetivo de la cultura, es así como nacen las creencias constituyendo la base fundamental para la formación de ideas y conceptos que más tarde van a socializarse conforme crecen dichas culturas. El matemático y filósofo inglés Frank Plumpton Ramsey (1903-1930) en libros como “Verdades y proposiciones” relaciona las creencias con la realidad como “mapas” para guiar al ser humano en busca de satisfacer sus necesidades, enfatizando que “las creencias no son un modo de ver las cosas sino una manera de orientarnos en la vida”, asimismo demuestra que las creencias de una persona son mesurables mediante el cálculo y las probabilidades.




A pesar de que las creencias sientan las bases de las ideas y conceptos es bueno enfatizar los estudios de Ramsey cuando se cuestiona si resulta positivo aún después de miles de años seguir “creyendo”.
A pesar de su importante papel en el desarrollo del pensamiento humano a lo largo de su historia, las creencias hoy en día son prescindibles pues siguen constituyendo la capa de las verdades existenciales edificadas bajo un débil sustento basado en las experiencias emocionales y mediante su más grande motor, la “fe”. Las creencias siguen maniatando el pensamiento humano a los atavismos de la mente lo que causa una regresión pasiva de la cultura cuyos avances en el conocimiento y la ciencia van a la par de un pensamiento retrógrado,  asentado en un compendio de creencias que van desde de lo político hasta lo espiritual, incluso en campos donde la lógica debería primar como lo es en el científico.



En mi artículo, “La religión del futuro” hago un claro análisis de como la ciencia oficialista degenera en creencia convirtiéndose en algo poco fiable y advirtiendo el peligro de la llamada corriente transhumanista de trasnformar el conocimiento y la práctica científica en una “religión”.
La palabra creer viene del latín “credere” con la misma significación y esta a su vez viene de las raíces indoeuropeas “KERD” (Corazón) y “DHE” (Poner) (Poner o colocar el corazón) lo que nos dice que una creencia no es más que algo “Colocado en el corazón”, las emociones para ser más exactos tal como lo afirmaba Ramsey, son un mapa para orientarnos en busca de complacer nuestras emociones.



Cuando decimos que “creemos” en algo estamos colocando la idea o el concepto dentro de la experiencia subjetiva, es decir en el interior de la vivencia emocional, esta idea permanece dentro de nuestro pensamiento y al socializarse se transforma en una “premisa lógica” para finalmente establecerse como una verdad o realidad. Es creer entonces sentar una “realidad”  sin ningún fundamento más que la vivencia personal y la empatía que esta puede generar en base a los condicionamientos sociales (Cultura y conocimiento). Siendo una “verdad” a priori de lo que es la realidad y basada únicamente en la experiencia subjetiva, cuando una mentalidad creyente se interpone a una mentalidad pensante puede vivir engañada todo el tiempo. Además las creencias fijas destrozan la mente activa, su “arborescencia” ya que el pensamiento no se sometería a un juicio lógico si se interponen premisas, que dentro de una creencia fuerte como la religiosa, se han transformado en  “principios”.



La fe que viene del latín “fides” (Lealtad) y a su vez está vendría de la raíz indoeuropea “bheidh” (Asesorar, persuadir) es la base de la mayoría de creencias religiosas en el mundo. Teniendo en cuenta la etimología de la palabra fe, observamos que la fe más que una “virtud” relacionada a menudo con el deseo y la voluntad de hacer realidad una idea, es una condición, un principio impuesto por quienes argumentan que la fe representa la virtud. Las iglesias se han encargado de mostrarnos la fe y la creencia como virtudes, la ciencia simplemente ha tenido que “oficializarse” para hacer crédula a la gente y en el caso de la ideología, los activistas y políticos nos muestran el verdadero panorama de esa “lealtad” mediante la persuasión y el asesoramiento, prácticamente debemos “creerles” a ellos por ser portadores de la “verdad”.




Es por eso que creer debería trascender a una palabra mejor, CONFIAR. La palabra confianza está compuesta de la raíz indoeuropea “kom”- (Junto, cerca de), “fides” (Lealtad), -“nt” (Agente que hace la acción) y el sufijo –“ia” (Cualidad), en este caso el agente sería nuestro razonamiento y su cualidad de discernir entre un concepto u otro, es quien decidiría si ser leal o no a una persona, un concepto, religión etc. 




Para entender mejor este concepto etimológico tomemos a la persona que dice “creer en dios” como ejemplo, este creyente está diciendo que “le es leal a él” independientemente de si existe o no, es decir bajo una presunción o también se puede interpretar a un creyente como “una persona que es leal a los que otros han dicho sobre la existencia de ese dios” o mejor “Que ha sido persuadida por alguien para serle fiel a esa entidad”.




Ahora vamos con la palabra confiar que es el verbo de confianza, se le preguntaría a un creyente “¿Confía usted en dios?” En vez de “¿Cree usted en dios?” Inmediatamente nos damos cuenta el curso que toma la frase gracias al cambio de esta palabra, esto se debe a que se ha convertido en  una cuestión más directa, no obstante lo correcto sería preguntar “¿Confía usted en la existencia de dios?”, el creyente en cuestión inmediatamente dudará porque el agente que yace dentro de la palabra confianza le invita a dudar, a no “creer ciegamente” por lo que la cultura le ha impuesto o el corazón le ha determinado creer en base sus emociones. Si la persona contesta que si tendrá que justificar cómo es que confía en algo que no ve, de lo que solo ha aprendido por medio de los libros o el dialogo con otras personas. Entonces podría contestar “Yo confío en la existencia de un dios porque las cosas no pudieron generarse por simple evolución de la materia, debe haber un creador que las ha puesto allí” inmediatamente esa persona comienza a utilizar al agente,  - que es el razonamiento - , para valerse de nuevas premisas lógicas. Esta es la gran diferencia entre creer y confiar.  Cuando “crees” lo haces ciegamente, porque basándonos en la etimología y la razón, eres “leal” porque has sido “persuadido”. Cuando “confías” eres leal pero solo porque el razonamiento te ha llevado a eso. La confianza nos invita a dudar porque es el depósito que damos y está condicionado no por agentes exteriores sino por nuestro propio razonamiento, nadie entregaría algo tan valioso -como lo es la confianza- sin antes pensárselo dos veces. 



Desde tiempos inmemoriales, grandes pensadores y profetas han recalcado la importancia de la fe y la creencia, aunque se le considere una virtud o el “motor” para realizar grandes cosas, creer no es más que la presunción de los efectos que genera la intuición sobre lo conocido, lo que quiere decir que mediante la intuición realizamos una presunción de algo que está por suceder, que apenas subyace dentro de una idea o lo que simplemente desconocemos pero damos por sentado de que existe, para ello nos valemos del material de conocimiento del cual disponemos. Dentro del "creer" es importante el papel que juega la motivación y la voluntad que hacen parte del material cognoscitivo, de lo que disponemos y conocemos para hacer posible aquello que nos da la intuición. En pocas palabras una creencia no es más que un proceso mental, un acto imaginativo  donde la motivación y la voluntad haciendo uso de la intuición nos hace prever una realidad que más tarde se manifestará concretamente. En base a esto podemos darnos cuenta que muchas creencias al no tener un sustento nos hacen que terminemos engañándonos, al tergiversar la realidad y no someternos a un verdadero juicio, para el final sumergirnos dentro de la pasividad mental, lo que comúnmente se conoce como  “mente cerrada”.

miércoles, 17 de mayo de 2017

EL PODER DE LAS PALABRAS: DEMOCRACIA NO ES EL “GOBIERNO DE TODOS”




Pese a que incluso desde sus comienzos en la antigua Grecia por el año 500 A.C  algunos filósofos como Sócrates, Platón y Aristóteles consideraron a la democracia como un “gobierno no deseable” este sistema se mantiene como el "ideal" en un mundo donde la desigualdad y la injusticia social siguen siendo el común denominador.  
A diario vemos a gobernantes como Barach Obama, George w. Bush y estadistas como Henry Kissinger defender este pseudo principio social como un fin totalmente justificable, dentro de una retórica que nos hace pensar que la democracia es inherentemente lo justo, por lo que toda nación debe luchar y preservar. No obstante cuando analizamos la etimología de la palabra DEMOCRACIA (Tal como no lo enseñan en la escuela) Demos= Pueblo y Kratos= poder  (El poder del pueblo) nos damos cuenta que realmente esta forma de gobierno le pertenece a unos pocos. La palabra DEMOS que es considerada un neologismo tiene sus orígenes en la tradición griega con la creación de los proto estados helénicos.

Tucícides y Plutarco dos grandes historiadores griegos narran cómo el héroe Teseo reunió a varias polis griegas para conformar el Ática cuyo centro era la ciudad de Atenas. Para ello dividió la sociedad en tres grandes grupos: Los eupátridas (La nobleza y la aristocracia), los geómoros (La aristocracia rural y los campesinos) y los demiurgos, término que significa maestro de un arte o artesano. Al unir estos términos demiurgois y geomorois nace el concepto DEMOS que significa pueblo.  Según los estudiosos, los DEMOIS eran realmente un grupo reducido que tomaba las riendas del poder, algo muy parecido a lo que sucede en la actualidad con la masonería ya que sus miembros se consideran a sí mismos obreros, albañiles o artesanos.
No obstante esta palabra tiene un contexto más simbólico cuando el filósofo Platón utiliza el término Demiurgo como el organizador de la materia en caos por medio de la perfección de la ideas,  después los gnósticos identificarían la idea de la materia imperfecta platónica como maldad, el Demiurgo es entonces el ser que crea el mundo material, considerado maligno, para aprisionar el espíritu puro de los hombres y distanciarlo de Dios.





Más adelante el Demiurgo es considerado por filósofos como Friederich Hegel como el proceso de pensar, algo muy similar sucedió con autores como Giosué Carducci al crear la metáfora de Lucifer o Satán como principio simbólico de la razón humana. Es así como la palabra democracia podría contener un contexto oscuro y totalmente engañoso, hecho factible si consideramos que los grandes gobernantes de la tierra, -  que según se dice pertenece a diversas sociedades secretas -  utilizan su DEMOCRACIA (Poder del Demiurgo) como fin para justificar las guerras.


jueves, 1 de diciembre de 2016

EL PODER DE LAS PALABRAS: LA SOCIEDAD NO NECESITA COMUNICACIÓN, NECESITA COMUNIÓN

Aunque la palabra comunión se asocia inmediatamente a un sacramento religioso, el rescate de la misma implica que la comunicación no es suficiente cuando sabemos que los intereses personales desoyen y tergiversan creando una brecha en algo tan importante para la humanidad como lo es comunicarse. 



La comunión es la acción de juntar, de unirse, de empatizar con el otro y generar afecto y comprensión de forma desinteresada. La comunicación es algo muy importante pero es una palabra carente de profundidad y significación y ya de por sí, se cuenta con ella para resolver cualquier asunto, algo que no es suficiente porque la comunicación se sujeta a muchas “interferencias” y está sustentada en la información y el medio. La “comunión” resuelve esta problemática, una cosa es decir “Voy a comunicarme contigo” y otra muy distinta sería decir “Voy a hacer comunión contigo”, algo que de plano podría desconcertar al interlocutor, pero esos pequeños cambios nos demuestran lo grande que es el poder de las palabras y su virtud de cambiarlo todo.



En vez de comunión, -infalible efecto una buena comunicación-, utilizamos referentes como “Enlazar”, “Estrechar los lazos”, o “Lazos afectivos” refiriéndonos a la empatía que nos genera comunicarnos con otros, sin darnos cuenta que la palabra “lazo” (Del indoeuropeo –lek- o “trampa”) se refiere al objeto que se usa para atrapar, atar o someter, y nada tiene que ver con generar dicha empatía. También solemos utilizar la palabra “vínculo”, asociada a “vinculación” que hoy en día es casi sinónimo de “cooptación”, en frases como “Las naciones deben fortalecer sus vínculos” cuando sabemos que “vincular” viene del latín “vinculare” significando “Atar a otra cosa” o “Atar por medio de un instrumento”. Como podemos observar las palabras que representan nuestra comunión con los demás se refieren intrínsecamente a una “atadura” cosa que no es razonable para un buen efecto de la comunicación humana. 



La comunicación no debe surtir ataduras ni mucho menos “trampas”, la comunicación debe ser libre y honesta, debe generar comunión entre quienes la comparten y orientarse hacia un beneficio común sin convertirse en un obstáculo para la comunión de otras personas. A su vez, la comunión siendo más fuerte que los llamados “lazos” y más libre que la “vinculación” misma, nos debe unir en un justo propósito pero mucho más que eso, la comunión debe hacer que nosotros recuperemos el verdadero sentido de la vida, aquel que hace florecer el afecto y nos hace sentir felices.



Y es así que como hemos estado “haciendo comunión” entre el escritor y usted el lector oyente, tratando de juntar nuestras ideas y empatizarlas sin someternos exclusivamente a compartir un comunicado, es acá donde nos damos cuenta que tanto el poder de las palabras y la revelación de las ideas logran realizar esta comunión tan necesaria hoy en día y que desafortunadamente por la manipulación de la información y los medios, el control del conocimiento junto a la superficialidad del mundo entre otras cosas, nos han arrebatado.

domingo, 6 de noviembre de 2016

BREVE HISTORIA DE LOS ZOMBIES

Los zombis parecen trillados pero no dejan de sorprendernos porque están metidos en casi todos los ámbitos de nuestra sociedad y aunque parezcan una descarada "fabula" del post modernismo, sus orígenes están muy ligados a la conciencia y el pensamiento humano desde tiempos inmemoriales. Este libro que inicialmente se concibió como guión para un vídeo, terminó por escribirse como una investigación que ha sido posible documentar gracias a diversos artículos recopilados en internet. Desde los orígenes ligados al eterno deseo de inmortalidad hasta la literatura romántica y el nacimiento del cine, los zombies siempre han acompañado el imaginario de gran parte de las culturas de hoy y de ayer. Con mucho gusto les dejo el archivo en un link de 4shared, la contraseña es "leonkeller" sin las comillas. Que lo disfruten.


COMPROBANDO LA ESFERICIDAD DEL PENSAMIENTO



El pintor surrealista Francis Picabia una vez dijo: “Nuestra cabeza es redonda para permitir al pensamiento cambiar de dirección”. Picabia no podía hacer un mejor retrato de la mente humana, plena de plasticidad y libre albedrío a la hora de formular razonamientos, no obstante pese a esta notable cualidad el pensamiento humano siempre va a seguir el mismo guion, pues por más que su abstracción tome la dirección que quiera, son varios elementos los que le “obligan” a decantarse a través de una sola, Este viene a ser el principio de todo condicionamiento mental y moral.



La alienación de nuestra sociedad de consumismo es apenas una muestra de la dirección a la que se somete el pensamiento del hombre moderno. La contracultura de los años sesenta en los Estados Unidos, movimientos que más adelante contagiarían a otros países, comenzaba a manifestarse en contra de la alienación mediática conforme la industria se hacía más poderosa e influyente. Pero incluso cuando tenemos un amplio conocimiento sobre los diversos tipos de alienación, estudios que vienen desde Rousseau y Marx en lo político y económico, pasando por Piera Alaugnier, Freud y Hung que tratan sobre la perdida de la identidad humana en lo psicológico, hasta lo filosófico como Focault y Herbert Marcuse en el plano social post modernista, la alienación está allí frente a nuestras narices pasando inadvertidamente como tantas cosas que desde tiempos inmemoriales “sabemos” pero ignoramos. Esta es una de las evidencias que demuestran la esfericidad de la mente humana, no como lo plantea Picabia sino desde el hecho irrefutable en el que los pensamientos se someten al círculo vicioso de las pulsiones y los sentimientos, algo que está controlado desde lo más profundo de nuestras mentes. Pero esto solo es la punta del iceberg, la estructura del sistema socioeconómico actual está diseñado para procurar la efectividad de dicha alienación, solo basta con dar a medias todo lo que el ser humano necesita de una manera integral, en primer lugar creando necesidades que no existen y supliendo las verdaderas de forma mediocre, de esta manera un sistema incompleto no puede hacer otra cosa que formar a un ser “humano incompleto”, vacío, que es arrojado en busca de cosas superficiales para poder llenar aquel faltante.



La base de cualquier alienación no está en solo el mensaje que circula a través del medio, necesita de sus argumentos, su propia estructura para poder edificarse y sostenerse. Cuando hablamos de ingeniería más que de “ingenio” se trata de construir algo funcional y que no vaya a colapsar, pero al parecer la ingeniería social hace todo lo contrario, o por lo menos lo "inversamente contrario", por medio de la edificación de un modelo tecnocrático establecido dentro del orden socio-político y económico de cada país es posible manipular la psique humana para el beneficio de quienes gobiernan esta inmensa maquinaria, pero a través de arbitrariedades contraproducentes.



Para entender el funcionamiento de nuestra sociedad, considere el lector un lago lleno de agua, cuando se arroja una piedra sobre esta se crea un onda perfecta que va expandiéndose a lo largo de su superficie de manera uniforme y limpia. Ahora imagine que dentro del lago se colocan varios troncos de madera en lugares específicos, después de arrojar la piedra notara que esa onda se descompone al chocar con los troncos en varias ondas grandes o pequeñas yendo en la misma dirección hasta desintegrarse por completo. Esto es lo que hace la ingeniería social política, encargarse de colocar los troncos para producir determinados sucesos dentro de la sociedad, este control está basado en el fenómeno conocido como sinergia y si comparamos la realidad política y su disimulada influencia sobre la humanidad, nos damos cuenta que en vez de troncos, a la onda expansiva que bien puede representar a movimientos como el flujo del capital, la revolución social, la educación etc., “los  ingenieros sociales” han colocado obstáculos suficientes para producir la sinergia social que ellos deseen, la alteración de esa onda. Estos obstáculos se crean con el fin de obstruir el avance social y como tal la realización del individuo con una previa manipulación del orden, en pocas palabras la “democracia” organiza al estado en favor del pueblo pero la ingeniería social a través de la injerencia y la burocracia se encargan de desestabilizarlo en pro de  sus propósitos.  En la teoría de Engels y Marx se ve a la burocracia misma como el “escollo” mientras que Max Weber es más positivo al ubicar la burocracia dentro de un modelo racional que es afectado solo por la inmoralidad de quienes la manejan.



Pero ¿cuál es la base de estos ingenieros para alienar y someter al ser humano?, pues la esfericidad del pensamiento, que no es otra cosa que la eterna convergencia del lacónico razonar de la mente humana atado al sistema alienante y sobrecargado que nos domina desde tiempos atrás.  Y aunque en principio podríamos culpar a la susceptibilidad de la mente humana deberíamos considerar el hecho del control, la “Programación predictiva” como la llama el experto en sectarismo Allan Watt, o simplemente la alienación bajo el poder político y económico, al respecto vale citar a el sociólogo estadounidense Daniel Bell  que dice “Nuestra sociedad es una sociedad de alienación; no porque reduzca a la gente a la miseria o imponga coerciones policiacas, sino porque seduce, manipula e integra.".

 Allan Watt es un estudioso canadiense experto en sociedades secretas 


Daniel Bell (1919-2011) fue uno de los más notables sociólogos post modernistas

“Seducir, manipular e integrar” podemos acoplar este triángulo dentro del círculo de la esfericidad del pensamiento: mediante el poder del encanto que nos ofrece la sociedad desde sus fenómenos (Consumismo, religión, ideología etc.) se ejerce la alienación económica y tecnocrática (Como las ha postulado el sociólogo Alan Touraine), para finalmente cooptar al individuo e “integrarlo” dentro de una ideología política “desvinculada de todo movimiento social”.
La manipulación de la verdad o la episteme ya es tratada por el filósofo francés Michael Foucault como algo impuesto en determinada época que a su vez impide a la gente comprender las cosas por sí mismas. Los códices culturales que son generalizados y aceptados por la mayoría son el “establishment”; el mayor de los obstáculos que edifica la ingeniería social para trabajar dentro de los grandes pilares de epistemología como lo son la ciencia, la ética y la política.
Pero, ¿De dónde proviene la idea de la esfericidad del pensamiento? Últimamente se ha puesto en tela de juicio la veracidad del actual modelo planetario que se tiene de la Tierra colocando en duda su “esfericidad”. Los Earth Flatters o defensores del concepto terraplanista que pretende demostrar un modelo que se creía abolido del planeta Tierra, a su vez nos revelan cómo se ha mentido a la humanidad durante siglos utilizando la ciencia. El investigador y diseñador argentino Iru Landucci conceptualiza la esfericidad como un virus, una enfermedad que ha trastornado el conocimiento colectivo y el desarrollo posmodernista de la episteme, centrándose en la supuesta incongruencia del actual modelo esférico de los planetas que aún es sostenido por la comunidad científica y que a su vez avalaría muchas más mentiras como el programa espacial de agencias de alto nivel presupuestario como la NASA.

En su canal "NUR PARA TODOS" el diseñador y autodidacta argentino Iru Landucci habla de las inconsistencias del actual modelo astronómico y otras mentiras de la comunidad científica 

El español investigador y autor Oliver Ibañez en su canal también trata de la conspiración sobre la supuesta esfericidad de la Tierra y el establecimiento del Nuevo orden Mundial



Pero incluso cuando aparece ante nuestros ojos una verdad tan reveladora, nuestra mente no tarda en converger dentro de su esfericidad para orientarse nuevamente hacia los caprichos que han caracterizado el eterno accionar de la mente condicionada. Cuando creemos tener la razón es cuando más deseamos imponer nuestras convicciones y cuánto más reveladora nos resulta una verdad mayores son los conflictos que se entrelazan entre defensores y opositores, es así como la episteme de la verdad se convierte en un “arma de doble filo” porque también, a la mente condicionada, la verdad (de la misma manera que lo está a la mentira y el engaño) la puede “seducir, manipular e integrar” en caso de que esta fuera divulgada bajo ese propósito, aunque no siempre sea así.



La esfericidad de la mente humana que es y siempre ha sido condicionada rara vez está cerca de realizar un auténtico juicio sin someterse antes a un “prejuicio”, también dista de hacer un justo razonamiento cuando lo que busca es “justificar” y casi siempre es incapaz de asimilar una realidad porque siempre se sienta en una “verdad a priori”, asimismo evita acercase a la verdad porque su “realidad” constantemente se encuentra maniatada a convicciones y limitada por un total o parcial desconocimiento de la misma.



Primero para liberar a la mente de su esfericidad y por consiguiente el circulo vicioso del pensamiento alienado debemos desalinearnos un poco de la crítica. El pensamiento crítico ya generalizado, de función inmediata y casi indefectible al confrontar cualquier idea se adentra en la esfericidad del pensamiento por su notable capacidad de “seducir e integrar”. La mente humana condicionada para enfocarse dentro de lo negativo es fácilmente cooptada dentro de la crítica peyorativa, que solo busca crear prejuicios y perjuicios a la vez. La necesidad de desatar a la mente, desligarla de la crítica no constructiva y mal fundamentada es la base de una mente activa (O “mente abierta” como erróneamente se le conoce). Pero no solo basta con darle un buen sentido a la crítica, tarea imposible de realizar si no se hace un uso responsable y adecuado del conocimiento.
A la mente esférica no le gustan el pensamiento divergente que hace parte de la estructura de la inteligencia y que se opone al pensamiento lógico definido como “Convergente o vertical”, es la base de un pensamiento abierto y no lineal que resulta ser el acondicionado por el sistema. Esta forma de pensamiento que actualmente se le conoce como “arborescente” usa la metáfora de un árbol que brota hacia múltiples direcciones, está enfocado en utilizar la creatividad y la imaginación para formular ideas. En conclusión un pensamiento lineal solo cabe dentro de la esfericidad de la mente tomando la única dirección y formando un círculo vicioso, mientras que el pensamiento arborescente diverge hacia todas las direcciones y evita que la mente caiga en la testaruda pasividad.



Por último para liberar la mente de su esfericidad es también necesario preguntarnos ¿Qué representa la cultura para nosotros como individuos y como nación?  Y si  esta cultura a través de sus códices no está maniatando la naturaleza prístina del pensamiento.
Esta sería la parte más objetiva de la apertura del pensamiento vicioso, producto de la alienación del establishment porque desligar a la sociedad de sus “códices dañinos” implica un cambio profundo y radical dentro de la educación que debe prescindir del “Sistema” como en tantas otras cosas establecidas.












sábado, 15 de octubre de 2016

LA FELICIDAD VIRTUAL


El hombre está entre las grietas de la moral y la satisfacción. Al parecer la felicidad es lo que resulta de la infalible dinámica del deseo y su inmediata consumación. También la tranquilidad parece involucrarse en la consecución del equilibrio, el ser humano solo necesitó tener conciencia para entender que el sentido de la vida iba más allá de la consumación de las necesidades.


La no satisfacción de estas y su inmediato conducto, el deseo, se revela en los más oscuras pulsiones del instinto. En los animales se manifiestan a través de impulsos agresivos. El ataque violento es la reacción indefectible de la no suplencia de una necesidad.




En el ser humano estas manifestaciones se tornan complejas, porque su satisfacción viene de incontables factores, la mente humana no es nada simple, el hombre debe competir en la vida para lograr alcanzar la satisfacción y debido a que sus deseos van mucho más allá de la simple necesidad de supervivencia, lograr culminar sus impulsos emocionales ciertamente no es tarea fácil.


Entre la dimensión lineal de pulsión, acción y satisfacción, la contemplación, virtud exclusivamente de los seres racionales, se encuentra el espacio en que la conciencia realiza un seguimiento de la acción y sus consecuencias. Cuando esta virtud de contemplar cada una de las acciones que ejecutamos y sus correspondientes reacciones se hace de manera meticulosa, la ineluctable y enfermiza sensación de espera conocida como ansiedad, conmociona el equilibrio de cada ser, alejándolo prácticamente del estado exógeno entre la pulsión y la satisfacción, inmediato a esta última: el sosiego


Debido a que el hombre vive prácticamente en la contemplación, estado intermedio entre las pulsiones y la satisfacción, en constancia tendrá que vivir escapando de su realidad como si sus múltiples deseos se tradujeran en un estado casi interminable de infelicidad. En el libro del escritor Aldous Huxley, "Un mundo feliz" a pesar de que los seres humanos han sido acondicionados para vivir satisfechos, la felicidad parece no ser más que una ilusión, para remediar ese angustioso e inexplicable vacío se recurre al "soma", poderosa sustancia que garantiza una satisfacción duradera más no plena.



Conforme el hombre avanza más hacia el terreno de la experiencia mundana y menos hacia el conocimiento verdadero, (el de sí mismo), la necesidad de adquisición, muy por encima de la simple satisfacción convierte el proceso entre deseo y satisfacción en un verdadero campo de batalla donde la ignorancia solo garantizará una cosa, la derrota traducida en una constante infelicidad. El budismo enseña que el Duhkha o estado de sufrimiento se origina por las tres raíces del mal o Klesa que bien podríamos comparar con la naturaleza pobre de nuestros deseos. La primer raíz, Lobha o avaricia es equiparable con la obsesión o el deseo fuera de control. Moha,  raíz de la ignorancia o también ilusión con la contemplación sin el debido conocimiento, representa al "no saber" que puede obstaculizar nuestras acciones y por último Dvesa o también odio se traduce en sus diversas manifestaciones como resultado de no lograr la satisfacción. A sabiendas de que constantemente tratamos de eludir la cruda realidad con nuestras ilusiones ¿No estaremos viviendo en un interminable estado virtual, lejos de considerarse como algo verdadero?




martes, 2 de agosto de 2016

LOS ORÍGENES SINIESTROS DE ALGUNAS EXPRESIONES POPULARES

Muchos de nosotros usamos frases desconociendo su procedencia y si bien, la mayoría tienen una explicación interesante, algunas de ellas se caracterizan por compartir un origen algo macabro. A continuación una lista de ellas.


“Me salvó la campana”


En muchos países de habla hispana aún se sigue utilizando este término que denota el alivio cuando alguien se ha salvado de alguna situación molesta o riesgosa porque de repente algo impidió dicha circunstancia. En la antigüedad un ataque de catalepsia o incluso un desmayo podía dar a una persona por muerta, al descubrirse que en los ataúdes en ocasiones aparecían rasguños, las personas acostumbraron a dejar un hilo atado a una campaba sobre la tumba para que en caso de que este supuesto “muerto” despertara pudiera halar de él y así ser “salvado por la campana”


“¡Hurra!”



Expresión que denota triunfo o victoria, hoy en día usada por varios ejércitos del mundo. Aunque tiene varias connotaciones según Wikipedia uno de sus orígenes podría estar en la expresión turca “Uh Ra” que significa “Vamos a golpearles” o entendido más específicamente “Matadlos” y que más tarde lo usaría el Ejército Rojo como grito de batalla.


“Vale su peso en oro”


También usada como “Vale su peso” es una expresión de origen bárbaro cuyas leyes obligaban a un asesino a pagar en oro o en plata cuanto pesara el cadáver de su víctima, también se dice que Chicarico, rey de los suevos mandó una suma de oro y plata equivalente al peso de su hijo moribundo a la Tumba de San Martín con la esperanza de que este se curara.


“No hay moros en la costa”



Una frase española que aún se usa en algunos países de Latinoamérica y expresa que no hay peligro o amenaza a la vista. Su origen se remonta a la época de la Reconquista en España (772-1492) cuando los cristianos expulsaron a los musulmanes de la península ibérica. Los corsarios berberiscos o corsarios otomanos ayudados por los moriscos (Musulmanes que permanecieron allá) solían asediar los pueblos costeros decapitando a sus hombres y esclavizando a sus mujeres y niños. Los españoles trasladaron las ciudades a dentro y dejaron vigías para que cuidaran que no hubiera “moros (O moriscos) en la costa”.


“No quiere más Lola”




Una frase exclusivamente de Argentina que se refiere a “no querer seguir intentado lo imposible”, esta expresión con más de un siglo de antigüedad tiene su origen en los hospitales argentinos de antaño por una galleta sin aditivos llamada "Lola" que se les daba a los allá recluidos, cuando un malherido o un enfermo terminal estaba convaleciente, los médicos y enfermeras solían decir “Este ya no quiere mas Lola”.



“Poner los cuernos”



También, “poner los cachos”. Una expresión muy usada en los países de habla hispana que se refiere a la infidelidad de pareja cuenta con varios orígenes, siendo el más interesante el que proviene de los vikingos. Se dice que el jefe del clan tenía el “derecho a la pernada” es decir, a tener relaciones con cualquier mujer de la comunidad incluso las casadas o pretendidas, cuando el jefe vikingo entraba a la casa de una de estas, colocaba su casco con cuernos en la entrada para advertir al esposo o cualquier otro que interrumpirlos podría significar su ejecución. En unas fuentes dicen que al “desafortunado” el hecho de que su jefe le colocara los cuernos era motivo de orgullo, en otras, una ofensa que debía tolerar.



“OK”


Expresión de origen gringo usada a nivel global para denotar que todo anda bien. Se dice que alguna división del ejército de Estados Unidos solía usar en sus escritos la frase “0 killed” (0 asesinados) o su abreviación “0 K” que originalmente se trata del número cero, referente a que su ejército no había sufrido baja alguna. 


“Hacer la Judía”


Una expresión muy usada en Colombia que hace referencia cuando alguien es traicionado o engañado, como “Una puñalada en la espalda” que justamente viene de este acontecimiento de la Primera Guerra Mundial. Una vez la guerra terminada, el general alemán Ludendorff se reunió con su homólogo británico Neil Malcom, ambos hablaban acerca de la fácil derrota de Alemania a la que el general alemán aludió a una falla en el interior por varios "elementos", Malcom entonces exclamó "Eso suena como si les hubiesen dado una puñalada por la espalda, ¿no cree?", más adelante Adolf Hitler reconocería a estos elementos como partisanos y judíos.

El Factor Cero (Tx0)

  “La vida no tiene sentido, pero vale la pena vivir, siempre que reconozcas que no tiene sentido” Albert Camus Los seres humanos no lo sabe...