Pese a que incluso desde sus comienzos en la antigua
Grecia por el año 500 A.C algunos filósofos como Sócrates, Platón y Aristóteles
consideraron a la democracia como un “gobierno no deseable” este sistema se mantiene como el "ideal" en un mundo donde la desigualdad y la injusticia social
siguen siendo el común denominador.
A diario vemos a gobernantes como Barach Obama, George w. Bush y estadistas como Henry Kissinger defender este pseudo
principio social como un fin totalmente justificable, dentro de una retórica
que nos hace pensar que la democracia es inherentemente lo justo, por lo que
toda nación debe luchar y preservar. No obstante cuando analizamos la
etimología de la palabra DEMOCRACIA (Tal como no lo enseñan en la escuela) Demos= Pueblo y Kratos= poder (El poder del pueblo) nos damos cuenta
que realmente esta forma de gobierno le pertenece a unos pocos. La palabra
DEMOS que es considerada un neologismo tiene sus orígenes en la tradición
griega con la creación de los proto estados helénicos.
Tucícides y Plutarco
dos grandes historiadores griegos narran cómo el héroe Teseo reunió a varias polis griegas
para conformar el Ática cuyo centro era la ciudad de Atenas. Para ello dividió
la sociedad en tres grandes grupos: Los eupátridas (La nobleza y la aristocracia), los geómoros
(La aristocracia rural y los campesinos) y los demiurgos, término que significa
maestro de un arte o artesano. Al unir estos términos demiurgois y geomorois
nace el concepto DEMOS que significa pueblo. Según los estudiosos, los DEMOIS eran realmente
un grupo reducido que tomaba las riendas del poder, algo muy parecido a lo que
sucede en la actualidad con la masonería ya que sus miembros se consideran a sí
mismos obreros, albañiles o artesanos.
No obstante esta palabra tiene un contexto más simbólico
cuando el filósofo Platón utiliza el término Demiurgo como el organizador de la
materia en caos por medio de la perfección de la ideas, después los gnósticos identificarían la idea
de la materia imperfecta platónica como maldad, el Demiurgo es entonces el ser
que crea el mundo material, considerado maligno, para aprisionar el espíritu
puro de los hombres y distanciarlo de Dios.
Más adelante el Demiurgo es considerado por filósofos como
Friederich Hegel como el proceso de pensar, algo muy similar sucedió con
autores como Giosué
Carducci al crear la metáfora de Lucifer o
Satán como principio simbólico de la razón humana. Es así como la palabra
democracia podría contener un contexto oscuro y totalmente engañoso, hecho factible si
consideramos que los grandes gobernantes de la tierra, - que según se dice pertenece
a diversas sociedades secretas - utilizan su DEMOCRACIA (Poder del Demiurgo) como
fin para justificar las guerras.
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